Los baños en agua de mar, resultan ideales para obtener una piel saludable. Ante todo, cuando se trata de curar afecciones como los eccemas, descamaciones, alergias, etc.
Ello se debe a que el agua de mar posee grandes concentraciones de minerales que resultan de gran ayuda para la eliminación de las bacterias y microorganismos que causan este tipo de dolencias en la piel. Además, consigue que la piel se mantenga nutrida, logrando así que ésta sea más elástica.
El agua de mar nos brinda excelentes propiedades antisépticas y antibióticas, siendo también un gran exfoliante.
Contiene numerosos oligoelementos, tales como el potasio, yodo sodio o yodo, los cuales son absorbidos por la piel al entrar en contacto con el agua, lo que supone que se produzca una renovación de dichos elementos en nuestro organismo.
Con todo ello, las propiedades antibióticas que posee el agua marina son de gran ayuda para aquellas personas con problemas en la piel, como reacciones alérgicas o descamaciones. Las propiedades antibióticas del agua marina, combaten a las bacterias, acelerando su curación.
La sal y al cloruro de potasio que contiene, le proporciona excelentes propiedades antisépticas, perfectas para sanar heridas, rozaduras y arañazos.
Como contrapartida, el agua de mar puede tener algunos efectos negativos en la piel, sobre todo en aquellas especialmente sensibles. Por ello, y para evitar su irritación y conservar la piel en perfecto estado, resulta recomendable ducharse para eliminar los restos de sal, aplicándose a continuación una crema hidratante en todo el cuerpo.